30 mar 2010

TRABAJOS DE NUESTROS ALUMNOS

Trabajo documental de la escuela Normal de especialización recibido durante el curso “Terapia Asistida Con Mascotas” en donde la autora nos da a conocer parte del mundo campesino, en el cual expresa a su punto de vista las bondades de los animales.

LOS ABUELITOS Y SUS ANIMALITOS

Había una vez un pueblo que se llamaba Santa Rita, era una comunidad muy chiquita donde toda la gente se conoce y además era muy bonita pues los pastores de borregos, salían siempre a pastarlas en las milpas, ahí pastores y borregos se ponían a platicar y a jugar.

En este pueblo vivían unos abuelos que se llamaban don Tino y doña Tofy, ellos vivían solos pues sus hijos ya se habían casado y vivían lejos, estos abuelitos vivían solo con sus pocos animales que eran, unos borregos blancos y negros, unas gallinas, gallos, patos y un guajolote, además de tener vacas, toros, gatos y 2 perros.

A doña Tofy le tocaba dar de comer y cuidar a los animales de la casa, ella siempre hablaba con ellos y les platicaba de todo, sus animalitos se quedaban quietos cuando les platicaba algo, doña Tofy decía que si tu querías a tus animales ellos a ti también y que si tu les hablas, te ponen atención y aprenden lo que tu les enseñes, un día que ella estaba contándoles que no tenían dinero para comprar comida y que a lo mejor venderían a algunos de ellos al señor que compra animales, pero que ella no quería porque no sabría que hacer sin ellos pues los quería mucho y ahí estaba chille y chille junto con sus gallos, gallinas y sus patitos.

Entonces los animales que ponen huevos se pusieron de acuerdo para que diario pusieran un huevo y así los abuelitos tuvieran que comer y ya no los vendieran, porque vivían muy felices ahí, desde entonces siempre se escuchan muchas voces de alegría en el gallinero, doña Tofy dice que era una canción de sus amigos con alas. Diario cantaban así: Pío, pío, kikirikí, cocorocó., cocorocó, guau-guau, miau-miau, ella decía que era el mejor canto que escuchaba en todo el día, también decía que eran muy inteligentes, que aunque no hablaban como la gente, ellos siempre saludaban y daban los buenos días cantando.

En la misma casa vivían los perritos que se llamaban Lobo y Cincela, estos perritos siempre andaban con don Tino en las milpas, una mañana iban caminando por la barranca cuando Lobo empezó a ladrar mucho y a dar vueltas alrededor de don Tino y no le dejaba pasar y aunque el le preguntaba ¿qué pasa?
¿Qué ves? Y el solo le ladraba y no lo dejaba pasar asta que se dio cuenta de que ahí delante de unas piedras estaban 2 víboras de cascabel muy peligrosas y don Tino muy despacio se fue por otro camino y le dio las gracias a Lobo, como premio le dio de su itacate para que comiera y le decía que lo quería mucho porque era un buen compañero.

Un día que estaba lloviendo mucho, don Tino andaba en su milpa junto con Lobo y Cincela que ya había crecido, cuando regresaban a casa, después de asegurar a las vacas y toros, se encontraron que ya había mucha creciente y no podían pasar, entonces don Tino paso primero a Cincela, pero en eso se resbalo y se cayeron al agua, el se pego en una piedra y le salió sangre, con mucho trabajo salió de la creciente, pero no podía caminar y ya era noche, entonces le dijo a Lobo que le fuera avisar a doña Tofy mientras cinco lo cuidaba, así Lobo llego ladrando a la casa y le jalaba de la falda a la abuelita hasta que la hizo que lo acompañara a la barranca y ahí estaba don Tino Junto con cinco, pidieron ayuda a don Gero y a don Pepe y se llevaron a don Tino al doctor. Cuando regreso del doctor no podía salir y no podía acercarse a los animales y ya extrañaba a sus vacas, toros y al ruido de los pájaros, porque Lobo y cinco lo visitaban en la casa, pasaron unas semanas y el no se componía y nadie sabia porque siempre estaba triste, asta que un día el se escapo, con trabajo y llego a la milpa, pero llego y se puso a decirle a sus vacas que las había extrañado y que ya pronto diario les daría de comer, ellas solo le contestaban , muuuuu, y le movían las orejas y la cola.

Desde ese día don Tino estaba mas alegre y se recupero muy pronto, pero nunca nadie supo que el no se curaba porque estaba enfermo de tristeza por no ver a sus animales. De ahí en adelante don Tino y doña Tofy ya nunca se enfermaron.
Pero ¿ustedes saben porque? Pues porque cuando ellos se ocupaban de cuidar y sacar a pasear a sus animales ya no les daba tiempo de pensar en la tristeza y tampoco en las enfermedades.





GONZÁLEZ TREJO, Horocia. Trabajo documental.
Escuela Normal de Especialización. S.E.P. 2002.

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